Tras la gran manifestación del pasado sábado contra los recortes y las privatizaciones, quiero hacer una crítica razonada al manifiesto del Fòrum Social Català en la manifestación de este 28 de enero y sobre todo de la docilidad de la izquierda revolucionaria ante sus planteamientos.
Al final de estas líneas, se reproduce el manifiesto y la lista de firmantes.
Después de que el llamado "Movimiento del 15M" o "# spanishrevolution" parece ser que ha reducido su capacidad de movilización en varios barrios y villas de Catalunya, toma el relevo movilizador el Fòrum Social Català, el altermundismo de los primeros años del siglo XXI.
Pero la diferencia entre los planteamiento de ambos movimientos es mínima por no decir inexistente, plantean un modelo de movilizaciones y lucha que en ningún momento propone la necesidad de situar el conflicto en el marco de la lucha de clases. Es una opción legítima, ideológica, pero no la comparto.
La manifestación ha sido un éxito, a pesar del mal tiempo, el bloque del FSC y el de la Plataforma Contra las Recortes y de CCOO-UGT reunieron unas 100.000 personas. Se puede afirmar que todo el espectro ideológico catalán a la izquierda (y no tanto a la izquierda) del tándem PP-CiU estaba presente.
A esta manifestación ha asistido toda la izquierda del país desde el PSC y UGT hasta la extrema izquierda sindical y política antisistema, pasando por ONG, asociaciones cristianas y de muchos otros tipos, la gran mayoría de la órbita del PSC- ICV, incluso, la jornada reivindicativa, tuvo el apoyo de Ciutadans.
Hasta aquí, mi opinión no puede ser otra que positiva, pero si se hace el "mapa" de la movilización, vemos la existencia de un bloque "institucional" con un discurso claramente socialdemócrata y otro bloque no institucional con un discurso claramente ... socialdemócrata, el primer plato y el segundo son el mismo más o menos, sólo cambia el nombre y la presentación.
La gran pregunta pues es, ¿dónde estaban los y las revolucionarias?, ¿dónde se manifestaron? ¿Donde se vieron de manifiesto sus reivindicaciones y propuestas? En ninguna parte.
Me sorprende como organizaciones que se reclaman del marxismo y de la revolución asumen, firman y apoyan los siguientes postulados:
1. El problema no es el capitalismo, el problema es el neoliberalismo. En resumen, hay un capitalismo malo y un capitalismo bueno.
2. Vivimos un "estado del bienestar precario". Se desprende que el modelo es el estado del bienestar estilo nórdico, sin considerar, claro está, el carácter histórico y funcional de lo que se llamó estado del bienestar, bandera de la socialdemocracia europea de los 60, 70 y 80.
3. La desigualdad provocará una fractura social que se debe evitar. Nuevamente el mensaje de la necesidad de un capitalismo bueno, y la declaración de principios de que hay que evitar cualquier rotura.
4. La ciudadanía es el sujeto movilizador. Obviamente hay que superar el concepto clase, ya que el problema no es el modo de producción ni el carácter de clase del estado, no existe la lucha de clases, todo es un problema de gestión y de un mal reparto, hay que reequilibrar el capitalismo, y el ciudadano, da igual que sea un asalariado, un tendero o un gran empresario, si quiere un mundo mejor debe movilizarse.
Este posicionamiento ideológico y su correspondiente análisis de la realidad no es extraño a organizaciones cristianas, a ATTAC, a ONG como Intermón, y asociaciones diversas de la órbita del PSC y de ICV. Pero no deja de sorprender como organizaciones políticas, sindicales y de barrio, que se reclaman del marxismo, que se manifiestan contrarias al capitalismo e, incluso, que se consideran revolucionarias, mantienen el sometimiento a estos postulados.
La cuestión no es sencilla, considero que aquellos que dicen ser anticapitalistas y revolucionarios lo dicen sinceramente. Entonces ¿por qué asumen postulados socialdemócratas? ¿Por qué no se rebelan ante esta corriente de "buenrollo" quinzeemero, oenegero y altermundista?
Para mí es un misterio aún sin resolver.
Para mí todavía es un misterio mayor esta fiebre posmoderna consistente en que en las manifestaciones no pueden tener símbolos de partidos y sindicatos. O sea, la formalidad burguesa de la libertad de expresión y manifestación, la libertad conquistada de poder manifestar tranquilamente tu ideología y propuestas políticas, ya no es "guay". Ahora ser unitario es invisibilizarte y uniformarte con una masa anónima que, curiosamente, ni cuestiona el sistema, ni lo quiere destruir y, ni mucho menos, lo quiere superar.
Curiosamente las personas que estamos organizadas para acabar con el capitalismo, para hacer una revolución, donde creemos que podemos hacerlo mejor !nos tenemos que esconder dentro de programas y propuestas reformistas! Increíble, fijaos en el manifiesto, el único trozo en negrita es el que "llama a manifestarse sin banderas ni siglas", y el conjunto de la izquierda revolucionaria, antisistema o anticapitalista, es igual como la queramos llamar. .. PAM! De cuatro patas, a manifestarse con la "ciudadanía" contra el "neoliberalismo" por "una sociedad más justa" y "un estado del bienestar de verdad".
Ahora más que nunca, cuando el capitalismo, en la senilidad imperialista, está en una crisis estructural de la que sólo puede salir aumentando salvajemente la explotación de la clase obrera, reprimiendo cualquier disidencia, desmantelando el sector público, proletarizando cada vez mayores sectores de la pequeña burguesía y extendiendo por todo el mundo guerras de saqueo, como ha ocurrido con el genocidio de Libia, a nuestra izquierda sólo se le ocurre reclamar un capitalismo humano.
Los y las comunistas no podemos asumir la ideología del enemigo, ni su lenguaje, ni su caracterización de la realidad. Necesitamos situar a la clase obrera como centro de la lucha, situar la lucha de clases como motor de la historia y la necesidad de avanzar hacia la revolución socialista-comunista como único camino de futuro para las mayorías, de este país, de Europa y del mundo. Todas las luchas, ya sea en defensa de los derechos adquiridos, ya sea por reformas concretas e inmediatas, deben tener en la clase y en la confrontación de antagónicos los marcos de actuación, superando definitivamente discursos y proyectos del capitalismo.
Ferran Nieto
Militante del PCPC