Reflexión sobre la última manifestación de Democracia "Real" Ya en Sevilla
Durante cuatro décadas el régimen franquista se ensañó contra la clase obrera y sus organizaciones. Fue la clase más perseguida. Sus mejores hijos murieron, su conciencia fue proscrita. El viejo sueño del malvado dictador de perpetuar la esclavitud con la represión política e ideológica del trabajador, se hizo imposible merced a valerosas mujeres e indomables obreros organizados políticamente y bravos sindicalistas que con sudor, sangre y cárceles hacían frente a los crímenes fascistas.
El pasado sábado en la manifestación de Sevilla, dos energúmenos apartidistas y asindicalistas gritaban megáfono en boca, que los asistentes no tomaran las octavillas y panfletos de los partidos porque estos no tenían nada que ver con la manifestación.
Esta conducta unida a otras como la de quitar el micrófono a un miembro de un comité de empresa en la Plaza de la Encarnación días atrás, recordó los tiempos mas negros del fascismo. Presuntamente revolucionarios del “impoluto” pensamiento libertario negaban la libertad de expresión a aquellos que aún hoy siguen siendo los más perseguidos en los centros de trabajo y los más odiados por la burguesía. Aquello no dio pena sino verdadero asco.
Por mucho que intenten lavar su imagen diciendo que son apartidistas y asindicalistas pero no antipartidos y antisindicatos, los hechos son irrefutables. Aunque mirándolo bien no es todo falso lo que pregonan, no son apartidistas cuando se refieren a los partidos burgueses, pero son tremendamente reaccionarios y “fachas” en lo concerniente a los sindicatos de clase y a los partidos obreros y a los hechos nos remitimos.
La reivindicación reina de los dirigentes (cada vez mas claro lo que hay detrás) es la modificación de la Ley electoral, por lo tanto, no son antipartidos burgueses. Es incongruente que a la par que se le niega la expresión al obrero consciente que es el que está organizado; sin embargo, propongan endulzar unas elecciones totalmente burguesas dejando atrás los verdaderos sentimientos del pueblo, solventar sus dramas domésticos, porque por muy bellas que sean las reglas democráticas en el sistema capitalista español (y mundial) el PSOE y el PP continuarán siendo los que dominen, pues son dueños de empresas que explotan a miles de trabajadores, con cuyo dinero se mantienen, los bancos les apoyan, como asimismo los grupos mediáticos PRISA y compañía. Sus ideólogos están encaramados en las altas direcciones de multinacionales que financian a sus respectivos partidos. Véanse donde “trabajan” los inefables Felipe González y Aznar ¿Quiénes van a competir con ellos? ¿Cuántos millones hacen falta para contrarrestar la propaganda electoral, las salidas en las televisiones y demás medios de comunicación, que son de sus patrocinadores, durante los cuatro años que dura una campaña electoral?
Sin embargo, quitándose de en medio a los verdaderos revolucionarios, el favor a los capitalistas es extraordinario. Pues el descontento en estos momentos de grave quiebra del sistema capitalista agónico, cae en manos de unos individuos que ejecutan las directrices de una dirección oculta de corte fascistoide, que tiene por objetivo llevar a las masas al terreno de nadie para que malgasten sus energías, porque una vez agotadas se tardará años en hacer que las gentes vuelvan a creer en algo y el gran capital tendrá ese tiempo de tranquilidad para urdir leyes y métodos para succionar la poca sangre que le quede los trabajadores
COMITÉ CONVOCANTE DE LA ASAMBLEA POPULAR DE SEVILLA
7/6/11
15M: ¿qien maneja los hilos?
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