Varios
medios han llamado la atención sobre el papel oculto de los servicios
de inteligencia alemanes BND (y KSK, las poco conocidas fuerzas
especiales de Berlín) en la “revolución de color” de Ucrania.
Los
medios occidentales han afirmado que “los miembros de una misión de la
Organización de Seguridad y Cooperación y Europa (OSCE) habían sido
tomados como rehenes por los pro-rusos en Slaviansk”. Nadie escuchó
decir al alcalde de Slaviansk explicar que se trataba de una misión de
espías ucranianos.
“Vds. pueden poner las siglas OSCE en un
vehículo, pero eso no me impedirá reconocer a agentes ucranianos”,
precisó. “Ellos no tienen nada que ver con la OSCE. Se trata de
militares ucranianos”, dijo el alcalde, Viacheslav Ponomarev, que
subrayó que ellos habían entrado en la ciudad sin permiso para llevar a
cabo actividades de espionaje.
Estas palabras fueron puestas en
duda por AFP: “Los separatistas acusaron el sábado a los observadores de
la OSCE llegados al Este de Ucrania de ser “espías de la OTAN” y
afirmaron que sólo serían liberados a cambio de “sus propios
prisioneros”. “Aquí arrestamos ayer a espías de la OTAN”, dijo Denis
Puchlilin, uno de los líderes de los separatistas haciendo referencia a
13 personas, es decir siete representantes de la OSCE y sus acompañantes
ucranianos devueltos la víspera.
“No serán puestos en libertad.
Serán intercambiados por nuestros propios prisioneros. Yo no veo otra
solución”, añadió Puchlilin delante de la sede de los servicios de
seguridad ucranianos (SBU) en Slaviansk, bastión de los insurgentes
pro-rusos en el Este de Ucrania, donde los supuestos miembros de la OSCE
estaban detenidos.
Resultó, sin embargo, que el jefe de los insurgentes de Slaviansk tenía razón.
Klaus
Neukirch, representante de la dirección de la OSCE, confirmó en directo
a la cadena de televisión austriaca ORF que “las personas retenidas en
Slaviansk no actúan en el marco de la misión de la OSCE y no son
observadores”.
“Nosotros no hemos tenido ningún contacto con
ellos. Para ser precisos, no son consejeros militares de la OSCE sino
observadores militares que fueron allí alegando un mandato de la OSCE.
Las negociaciones con Slaviansk no fueron conducidas por la OSCE sino
por los ministerios de Defensa y Exteriores de Alemania. Ellos tienen
allí tres militares y un intérprete. Es el gobierno de Ucrania el que ha
invitado a los expertos”, dijo Klaus Neukrich.
Se trata, pues,
de una forma educada de lavarse las manos frente a una acción de
comandos de reconocimiento llegados para preparar el próximo ataque
contra Slaviansk.
Berlín miente desvergonzadamente
Sin embargo, el gobierno alemán ha mentido de forma desvergonzada en sus declaraciones sobre el incidente.
“El
viernes por la tarde, el gobierno alemán anunció que 13 miembros de una
misión de la Organización para la Organización para la Cooperación y la
Seguridad en Europa (OSCE) fueron capturados y estaban retenidos por
separatists pro-rusos en el Este de Ucrania. Los separatistas acusaron
el domingo a los observadores de ser espías de la OTAN y afirmaron que
no serían liberados más que a cambio de sus propios prisioneros”, dijo
AFP certificando así la mentira mediática de Berlín y poniendo en duda
las afirmaciones de los pro-rusos.
El jefe de la diplomacia
alemana, Frank-Walter Steinmeier, llamó incluso al ministro de
Exteriores ruso, Serguei Lavrov, para convencerle de que Rusia
presionara a los rebeldes con el fin de que “el equipo de la OSCE sea
inmediatamente liberado”.
Luc Michel
Le National Emancipé |