Barak Obama, François Hollande, David Cameron y la prensa hegemónica
han recibido con disgusto un informe de expertos internacionales de
Naciones Unidas, que vuelve a poner en duda la versión globalizadora
sobre el conflicto en Siria, donde las bandas mercenarias y
terroristas, financiadas por Qatar, Arabia Saudita, Europa y EE.UU., ya
han cometido más de 70.000 asesinatos de civiles en Damasco, Homs,
Aleppo y otras ciudades del país.
No faltarán las descalificaciones sobre este informe para que, desde
Le Monde al Washington Post, desde el Times a Clarín, de El País al
Corriere della Sera, se lancen editoriales sobre el conflicto sirio,
carentes del mínimo rigor y la objetividad que deben cumplir aquellos
profesionales del periodismo que se hallan al frente de algún medio de
comunicación .
Investigadores de la ONU han reunido pruebas de que han sido grupos
insurgentes (el 80% de esos mercenarios son de nacionalidad extranjera)
los que han utilizado el llamado gas sarín, un
agente que ataca el sistema nerioso, prohibido por el derecho
internacional, según ha declarado la magistrada suiza Carla Del Ponte.
Ante las cámaras de la televisión helvética, la jurista y miembro de
la Comisión de Investigación de la ONU sobre la violencia en Siria,
afirmó que las investigaciones hasta la fecha no prueban en absoluto que
el ejército sirio haya empleado armas químicas.
“Nuestros
investigadores han viajado también a países vecinos de Siria para
entrevistarse con refugiados, víctimas, médicos, enfermeras y otros
profesionales de la sanidad. De acuerdo con el informe de la semana
pasada, hay sólidas y concretas pruebas sobre la utilización de gas
sarín por parte de los rebeldes y NO POR LAS FUERZAS ARMADAS SIRIAS“, concluyó la magistrada Del Ponte.