Un miembro del gobierno turco, miembro del Partido Popular Europeo, patea a un familiar de un minero fallecido en la reciente tragedia ocurrida en una mina en Turquía.
Algo que puede ser considerado repugnante (y de hecho lo es), pero que puede parecer una nimiedad comparado con la complicidad, financiamiento y apoyo directo que esos congéneres de nuestro PP dan a los degenerados mercenarios que gasean ciudadanos, crucifican a cristianos y deguellan a niños en Siria.
Esta escoria fascista también se autodenomina "centro-derecha"... Y aquí en España sus correligionarios quieren meter en la carcel a todos los que protesten, rechacen o no lamenten el fallecimiento de poltitacastros corruptos, "sobrecogedores" y sinvergüenzas.
