7/9/11

Agonía del capitalismo, el fin del Estado de bienestar.




UJCE Ribera del Fresno
Expertos, analistas, tertulianos, economistas, nadie sabe qué sucederá con la situación económica. El capitalismo está a punto de colapsar, ya sólo puede dar coletazos durante unos cuantos años más, alargando su agonía y expoliando lo poco que nos queda a los trabajadores mediante recortes sociales y laborales y mediante guerras imperialistas. Lo cierto es que ni ajustes, ni compra de deuda por el BCE, ni reformas constitucionales van a resucitar un cadáver llamado capitalismo.

Deséchese toda falsa esperanza de reconstruirlo. Ya no hay territorio socialdemócrata al que retroceder de nuevo para protegerse. Keynes ha sido asesinado por los capitalistas y enterrado por sus servidores políticos, en la Constitución ya han sido prohibidas sus políticas, que daba cierto carácter progresista al capitalismo para hacerlo menos inhóspito a la clase trabajadora.

Además, en el hipotético caso de que se superase esta crisis del sistema ¿qué empujaría a la clase dominante a volver a reconstruir el Estado de Bienestar que ellos mismos han destruido? No hay que olvidar que el denominado Estado de Bienestar fue creado por las democracias burguesas para paliar las contradicciones de clase y el espíritu revolucionario que aparecía en todo el mundo por el triunfo de los Estados Obreros en el Este. Los trabajadores veían en la URSS un Estado que había conseguido eliminar la explotación del hombre por el hombre con la abolición de las clases sociales, que había conseguido dar pan, Educación, Sanidad, protección social, dignidad y Democracia Obrera a todos los trabajadores de estas repúblicas. Las democracias occidentales sabían que las experiencias revolucionarias leninistas eran reproducibles en sus países y tuvieron que tratar de competir con el socialismo real para mantener sus privilegios, así que decidieron repartir las migajas del pastel entre la clase trabajadora en forma de servicios públicos más o menos eficientes, llamado Estado de Bienestar, con el fin de aplacar el torrente de conciencia de clase y todo conato de revolución entre las masas obreras, con el cínico mensaje de que la cooperación y convivencia entre clases sociales era posible.

Ahora no existe un sistema que pueda plantarle cara al capitalismo y la conciencia de clase brilla por su ausencia, ¿qué empuja a este sistema a volver a repartir las migajas entre los trabajadores? Nada. Actualmente, la correlación de fuerzas está a favor del capitalismo y la posibilidad de una revolución es todavía bastante tímida, ellos cuentan con el monopolio de la violencia en forma de Ejército y Fuerzas del Orden que no dudarían en sofocar las revueltas con todo crudeza como hemos visto otras veces; ellos cuentan con los medios de producción y con los medios de comunicación, que posiblemente sea el factor más importante, ya que mediante la monopolización de la información que llega a los hogares consiguen alienar y reproducir la ideología de la clase dominante, impidiendo que los trabajadores entiendan que ellos son los que mueven el mundo, y que ellos son los únicos que pueden mantener o derribar éste o cualquier sistema.

El Estado de Bienestar es historia, el capitalismo de rostro humano siempre fue una falacia, la situación para la clase trabajadora no va a volver a mejorar en el capitalismo, sólo le queda seguir pauperizándose y precarizándose para que los poderosos puedan seguir repartiéndose los dividendos, creer lo contrario es ser muy ingenuo. Ya no funcionará la socialdemocracia ni las reformas, el liberalismo ha calado hasta los huesos del Estado sin marcha atrás.
Como he leído en el artículo de jmálvarez, que me ha servido para escribir éste, dicen que en México no hay paro porque nadie trabaja, lo cual significa que la gente sobrevive por su cuenta, como puede. En España no tardaremos mucho en llegar a esa situación, entonces la cuestión será: ¿sobrevivir o sumarse a las filas de los revolucionarios anticapitalistas? Usted tiene la palabra.