23/6/11

La indignación debe tomar forma de organización


Compañeros, ¡por fin os habéis movido! Llevo años viendo vuestra ideología pseudo-progresista, pero nunca habéis pegado palo al agua por los demás.

Vuestra política se reducía a espontáneas conversaciones donde el bipartidismo jugaba un papel fundamental. "Que si había que votar al PSOE para que no saliera el PP..." mil veces lo habéis repetido en mi presencia. Aquellos que nos salíamos de vuestro discurso, éramos "locos de atar". Éramos extraños, dedicábamos una parte de nuestra vida a cambiar las cosas. ¿Y quién da su vida por los demás en la sociedad actual donde cada uno actúa por su cuenta y riesgo sin reparar que vive en sociedad?

No me creíais, ignorábais mis opiniones. Y ahora salís a la calle con el 15-M.

Vuestra ideología no ha cambiado en absoluto. No habéis dejado de ser individualistas y escépticos. Seguís anclados en el bipartidismo y, como mucho, véis en Izquierda Unida como una alternativa. Hay otros que decís renegar de la política, y os decís anarquistas.

Os habéis movilizado por primera vez en vuestra vida, y nos decís que estáis haciendo "la revolución". Que el mundo va a cambiar, que la democracia es posible. Y pretendéis darnos lecciones de organización y política a los que ya llevamos un tiempo en esto, dando el callo por conquistar el futuro.

Ahora habláis de asambleas, de llegar al máximo de gente... cuando nunca os había visto en una sola convocatoria. Y mira que os conozco e incluso os he invitado a asistir a varias.

Os voy a decir una cosa: tened cuidado. Tened cuidado porque el enemigo, vuestro enemigo, es muy listo y sabe camuflarse entre ropajes modernos y palabrería ultrarrevolucionaria. Sabe inculcar el individualismo liberal, camaleonizado entre consignas anarquistas. Sabe instaurar la burocracia, reinvidicando el horizontalismo como el sistema más justo. Sabe conducir un movimiento que admiráis y seguís con buena voluntad, hacia la desmovilización de las fuerzas populares, en beneficio de la oligarquía capitalista.

¡Tenéis que despertar! La ciudadanía no es homogénea, la componemos personas de diferentes clases sociales. Unos producimos y vendemos nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario, otros viven del trabajo de los demás y se llenan los bolsillos con el sudor de los que producimos.

No os creáis las mentiras de la propaganda capitalista, que retransmite el discurso que les interesa que escuchéis, a través de los diversos medios de comunicación. Leed y estudiad marxismo para ser críticos, críticos con el sistema, críticos con vuestras propias posiciones.

El Pueblo Trabajador también hace política, una política totalmente diferente a la política la burguesía, que nos arenga con discursos confusos y nos amenaza con falacias para así mantenernos callados y perpetuar nuestra dominación. El Pueblo Trabajador hace política cuando se queja de la situación actual, cuando reclama al jefe o encargado una mejora laboral, cuando critica los recortes que nos impone el gobierno.

La juventud de clase trabajadora necesitamos partidos políticos y sindicatos que defiendan nuestros intereses. Y necesitamos nuestros propios partidos y sindicatos.

El marxismo y el comunismo no están anticuados. El anticuado es el sistema capitalista, que se perpetúa e impide el progreso social. La propiedad privada de los medios de producción (fábricas, oficinas, máquinas, ordenadores...) impide el desarrollo de la sociedad y el reparto de la riqueza entre los productores, es decir: los trabajadores.

El comunismo no significa otra cosa que progreso social. No te creas sus mentiras, que lo tachan de antidemocrático y totalitario. Es antidemocrático con respecto a la oligarquía, con respecto a la oligarquía, porque les quita todos sus privilegios.

El marxismo es la herramienta que nos permite comprender el mundo, que nos permite ser críticos. Y, aplicado a la fase actual del capitalismo, la fase imperialista, el marxismo ha de ser leninismo: marxismo-leninismo.


Por fin, compañero, nos vemos juntos en la barricada. Espero que nunca que te vayas, que nunca te alejen de ella... y para eso es imprescindible que no te creas su "nuevo" discurso. Aquel que no señala las contradicciones del sistema, que no confronta nada con él; porque es el propio sistema.

Democracia sí, pero democracia obrera y popular: democracia socialista.

Para conquistarla hace falta menos fiesta y más organización. Menos "marketing" y más agitación obrera. Hace falta un movimiento que surja desde abajo y que saque a los obreros y los trabajadores a las calles. Hace falta una revolución social, no solo una revolución ética.

Mientras tanto, la oligarquía capitalista seguirá tranquila en el poder. Sin temer en absoluto porque el Pueblo acabe con sus privilegios.

Adrián Jota

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