13/5/10

Azuaga, Estado policial


Siempre nos han hecho ver que las llamadas fuerzas de “seguridad” están para velar por los derechos y el bienestar de los ciudadanos. Pero últimamente en Azuaga se está haciendo demasiado evidente que esto es una falacia. Las fuerzas de “seguridad” del Estado representadas por la Guardia Civil se asimilan más a una panda de matones sin escrúpulos que a un cuerpo que protege a los ciudadanos.

Cada día son más numerosos los casos en los que demuestran su acoso y persecución al ciudadano, tales como:


  • Registros constantes, sobre todo a jóvenes, donde no les importa el humillarlos en público y donde de manera sistemática se desnuda a los supuestos sospechosos bajándoles los pantalones o se les mira más disimuladamente dentro de su ropa interior con el claro menoscabo de la dignidad del individuo que tiene que observar pasivo por el miedo a represalias. Claro ejemplo, durante el mes de febrero, el registro en los cuartos de baño de la estación de Llerena a jóvenes que hacían el trayecto en autobús de Sevilla a Badajoz.
  • Acoso a los trabajadores. De diferentes formas se viene acosando a los trabajadores en horario laboral o a la vuelta del trabajo, mediante incautaciones de pequeñas navajas que muchos necesitan para su trabajo o para el almuerzo, e imponiendo sanciones económicas por ello.
  • Persecución a la juventud. Son habituales los casos donde, estando reunido un grupo de jóvenes, se persona la benemérita e intenta sancionarles por un motivo u otro, primero buscan sustancias ilegales, si no las encuentran intentan encontrar algo sancionable en los vehículos que haya y, si aun así, tampoco se encuentra nada, intentan sancionarlos por beber en público (ya sea pueblo o afueras, habitado o no, independientemente de la hora del día)
  • Represión indiscriminada contra jóvenes que asistieron al concierto del Viriatorok, a los que la propia “benemérita” provocó de forma innecesaria y a los que parece que se les está construyendo una imputación a posteriori y a la medida. En las represalias han incluido además a algún joven que ni siquiera se encontraba en Azuaga en esos momentos, pero que al parecer desgraciadamente sí está incluido en sus fichas político-sociales.
  • Si a todo esto le sumamos su actitud chulesca y provocativa que caracteriza a cualquier pandilla callejera de matones y su sensación de impunidad demostrada, sin ir más lejos, cuando un ciudadano les pide que se identifiquen, haciendo alusión al derecho que este tiene, ellos despiertan con más fuerza su actitud de chulería y no dudan en usar tanto la agresión verbal (insultos e improperios) como la amenaza, tanto en el caso de la solicitud de identificación, como en cualquier caso que ellos lo estimen oportuno.

Por tanto consideramos que estos hechos graves perturban la convivencia en Azuaga y el desarrollo de una vida normal y tranquila para los ciudadanos honrados, demostrándonos sin máscaras la verdadera cara de estos cuerpos, que únicamente se dedican a reprimir a la clase obrera y perseguir a todo aquel que piense, vista o actúe de forma de distinta.


Coordinadora Antifascista de Extremadura - Azuaga

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